Jonas Hodges | ||||
Temporadas | 7 | |||
Visto por Primera Vez | Redemption | |||
Visto por ultima vez | Dia 7 4:00am-5:00am | |||
Estado | Fallecido | |||
Interpretado por | Jon Voight |
Jonas Hodges fue un hombre de negocios norteamericano y ejecutivo de Starkwood que le suministró al líder militar General Benjamin Juma, un rebelde en Sangala, con armas para su golpe militar. Durante el Día 7, le proveó a Juma con inteligencia, equipo, y otro apoyo para un ataque en la Casa Blanca a cambio de un terreno de pruebas para un arma biológica desarrollada por Starkwood. El arma sería usada para obligar a los Estados Unidos a darle la responsabilidad de la seguridad nacional del país a Starkwood y otras compañías militares privadas. Disgustó al Cabal del Variante Priónico por exponerse y usar el arma biológica para uso personal, y lo querían muerto, creyendo que había tenido algún tipo de ataque psicótico. Hacia el fin del Día 7, fue asesinado por un coche bomba arreglado por Olivia Taylor por su complicidad en el asesinato de su hermano.
Antes de Redemption[]
Durante el término presidencial anterior, Hodges estaba en contacto constante con el Presidente Noah Daniels, dándole inteligencia militar a cambio de contratos de defensa.
Hodges también contactó al General de Sangala Benjamin Juma para hacer un intercambio. Starkwood le suministraría con mano de obra, entrenamiento y armas para que pudiera tomar el poder en Sangala, y Juma le proveería a Starkwood espacio para desarrollar un arma biológica. El arma biológica de Starkwood fue probada en habitantes de Sangala, matando a un número incalculable de personas, y los restos fueron bombardeados por Juma para ocultar la evidencia.
El ejecutivo de Starkwood fue comisionado por Alan Wilson que desarrollara el arma biológica para uso en un complot para secuestrar la seguridad nacional de los Estados Unidos. Starkwood, en colusión con otras doce compañías militares privadas, esperaron traer a la nación al borde del desastre y entonces intervenir para controlar la seguridad y el bienestar del país.
Hodges o sus subordinados arreglaron el asesinato de un denunciante dentro de la propia compañía que estaba revelando información al Senador Blaine Mayer.
Redemption[]
Jonas Hodges hizo que un asociado de negocios, Nichols, lavara una gran cantidad de dinero para que pudiera apoyar al General Juma. Él llamó a su contacto en el ejército de Juma, y los presionó para que fueran adelante con el golpe de estado. Cuando Hodges arrogantemente ofreció enviar mercenarios entrenados para ayudar, el subordinado de Juma rechazó su oferta, y se fue para secuestrar a más jovenes para su ejército. Hodges se volteó a Nichols y le ordenó que borrara toda la evidencia del lavado de dinero tan completamente, que incluso las propias "ex-esposas" de Hodges no podrían "desenterrar".
Hodges fue eventualmente informado que Chris Whitley, el subordinado de Nichols, había robado la evidencia. Él le ordenó a su topo, el agente del Servicio Secreto Edward Vossler, que se asegurara que Roger Taylor no tenía razón para creer algo que Whitley le contó. Vossler entonces envió a Halcott y John Quinn para entrar sin autorización en la casa de Whitley, remover la evidencia, e interrogarlo. Justo antes de la inauguración de la madre de Roger, Allison Taylor, como Presidenta, Hodges le ordenó a Vossler que asesinara a Whitley. Halcott y Quinn lo mataron y recubrieron el cadáver en cemento.
Día 7[]
Después de que el General Benjamin Juma y su equipo tomaron control de la Casa Blanca, Hodges recibió una llamada telefónica del dictador africano mientras estaba comiendo su cena en su oficina en Starkwood y mirando la crisis en TV. Uno de sus hombres, Greg Seaton, respondió el teléfono y entregó la llamada a su jefe. Juma pidió ayuda de Hodges en atrapar a la Presidenta Allison Taylor, que se había encerrado en un cuarto de seguridad antes de que sus hombres y él pudieran tomarla. Hodges observó que había puesto adentro a Juma y sus hombres y que les había dado los códigos al cuarto en caso de que los necesitaran. Juma le dijo que habían hecho un cortocircuito y que ahora los códigos eran inefectivos. Hodges se rehusó a ayudar, diciendo que estaba por su propia cuenta y que mantuvo su parte del trato. El dictador africano informó a Jonas que el cargamento que estaba esperando sería destruido si no lo ayudaba a obtener a la Presidenta Taylor. Hodges finalmente consentió con consejo de Seaton y descubrió que la hija de la Presidenta Taylor, Olivia Taylor, estaba en la Casa Blanca y que Juma podría usarla como palanca contra la Presidenta. Cuando Juma dijo que estaba satisfecho y que la embarcación permanecería a salvo, Hodges exaltadamente ofreció a jugar con Seaton en un juego de dardos.
Hodges seguía mirando los eventos desarrollándose en la Casa Blanca justo cuando Juma usó a Olivia para hacer que la Presidenta Taylor saliera del cuarto de seguridad.
Poco después, Seaton le informó a Hodges de la apoderación exitosa de la Casa Blanca, la superviencia de Taylor y el fallecimiento de Juma. Hodges se frustró, pero se recuperó y le dijo a Seaton que su cargamento y operación seguían en horario y le preguntó a Seaton si las armas habían llegado y que la tomaran los equipos lo más pronto posible. Cuando observó que Seaton estaba actuado tenso, le ordenó a su subordinado que se relajara y tomara un trago. Hodges entonces discutió blancos de todo el Este de los Estados Unidos con uno de sus hombres y preguntó cuán alta sería la cantidad de víctimas. El hombre respondió que cada estaba alrededor de 10.000 personas y Hodges comentó que esperaba nunca tener que averiguar el número exacto.
Cuando Jack Bauer fue liberado de custodia federal y se le permitió interrogar a Ryan Burnett, Seaton le informó a su jefe que Bauer se estaba dirigiendo al hospital donde Burnett se estaba recuperando. Hodges, dándose cuenta de que Burnett podría divulgar todo su plan a Bauer, ordenó silenciar a Burnett, pero Seaton dijo que ya se había encargado y que su hombre John Quinn eliminaría a Burnett y Bauer. Hodges observó que Quinn era bueno, al igual que Bauer. Cuando Quinn terminó su trabajo de incriminar a Bauer por la muerte de Burnett, contactó por teléfono a Seaton, quien transmitió el mensaje a Hodges. Reclinándose en su silla, Hodges sonrió y dijo, "Ahora vamos a divertirnos un poco".
Unos minutos después, Quinn llamó a Hodges y le informó que Bauer había escapado del hospital y ahora estaba siendo perseguido por el FBI. Hodges le dijo que lo llamara con nuevos desarrollos. Seaton anunció a su jefe que la embarcación estaba en horario, pero también manifestó su opinión de que si Bauer no era hallado por el FBI y los conectaba a Juma, su complot sería descubierto. Hodges le aseguró a su subordinado que su plan no podía ser parado incluso si Bauer pudiera descubrir la conspiración. Cuando sintió que Seaton no estaba tan optimístico, entró en una diatriba acalorada sobre cómo la pérdida de vida que seguiría sería horrorosa y que la pérdida de una sola vida era una tragedia para él, pero que estas pérdidas eran necesarias. Hodges afirmó que lo que estaban a punto de hacer exigiría sacrificio y que valdría la pena al final. Él entonces le ordenó a Seaton que reuniera a sus colegas y los preparara para una larga noche.
Cuando su cargamento, que contenía un arma biológica, llegó al Puerto de Alexandria, Hodges mandó a un equipo esperando a recogerla. Hodges contactó al líder del equipo, Stokes, quien le informó que Quinn no había llegado. Hodges sospechó que Bauer había matado a Quinn y le ordenó a Stokes que aguardara cinco minutos más antes de entrar y adquirir el contenedor con el arma adentro.
Luego de terminar su llamada con Stokes, Seaton llegó y le informó que sus colegas estaban reunidos en la sala de conferencias. Hodges siguió a su subordinado al cuarto y recibió a la Junta de Directores de Starkwood. Él les dijo que fue un día oscuro para los Estados Unidos y que el gobierno, en vez de pedir la ayuda de Starkwood, la rechazó - el ejército privado más grande en el Occidente. En vez de eso, continuó, la administración de Taylor estaba cancelando sus contratos e intentando clausurarlos. Hodges entonces le ordenó a la Junta de Directores que ignoraran deposiciones federales y cualquier pregunta sobre los tratos de la compañía. El Presidente de la Junta de Directores, Doug Knowles, cuestionó sus órdenes en frente de los otros, afirmando que deberían ser más agradecidos por el trato que obtuvieron del gobierno federal y no arriesgar la desaparición de Starkwood. Hodges llevó al hombre afuera y dejó a Seaton para responder preguntas.
Fuera en el pasillo, Hodges trató de acallar las preocupaciones de Doug y le dijo a Hodges que el Senador Blaine Mayer no se detendría ante nada para cerrar a Starkwood. Hodges le informó que el Senador Mayer había sido asesinado hace menos de una hora. Doug exigió saber si Hodges tenía algo que ver. Hodges actuó ofendido y le preguntó si estaba insinuando que estaba relacionado con el asesinato de un Senador de los Estados Unidos. El hombre quería una garantía personal. Hodges le dijo que Starkwood no estaba en el negocio de asesinatos políticos, pero agregó que quizás podrían revisarlo.
Casi a las 11:00pm, Stokes volvió a contactar a Hodges y le informó que habían recuperado el arma, pero Bauer había escapado. Hodges supuso que Bauer había contactado a las autoridades, pero no podían interferir con sus planes ahora y le ordenó a Stokes que volviera al edificio de Starkwood inmediatamente con el arma.
Varios minutos después, Stokes llegó al complejo de Starkwood y Hodges hizo que sus científicos empezaran a prepararla para despliegue. Él le ordenó a sus hombres que llevaran a Tony Almeida, (sin saber que Tony era parte del cabal anónimo del variante priónico), al edificio para interrogatorio. Hodges le confió a Seaton que Almeida nunca quebraría. Él le dijo a Greg que deben conocer la mente del enemigo a fin de sacar el secreto.
Hodges siguió a sus hombres y Almeida al edificio y le ofreció al ex-agente de CTU una salida. Si Tony le decía lo que el FBI sabía acerca del arma y sus planes, lo dejaría ir. Almeida se rehusó a hablar y Seaton llamó a su jefe para una discusión privada. Seaton expresó su desacuerdo con toda la operación, afirmando que ya que se suponía que fuera encubierta y ahora el gobierno sabía al respecto, todo el punto de la misión estaba en peligro. Hodges reprendió a su subordinado y le dijo que se guardara sus dudas, y entonces encargó a sus hombres que llevaran a Tony a un cuarto apartado para más interrogatorio.
Justo antes de que Stokes estuviera a punto de ejecutar a Tony, Seaton le disparó al mercenario en la espalda y liberó a Almeida. Él pidió un indulto a cambio de ayudar al FBI a asegurar el arma, y le dijo a Tony que no quería ir a la cárcel porque Hodges había perdido la razón. Hodges contactó a Seaton cuando los dos llegaron a la oficina de Greg y quiso saber dónde estaban él y Stokes. Seaton anunció que Stokes seguía con Almeida y que estarían allí dentro de poco. Hodges le dijo que Tony debería estar muerto para ahora y que le reportara inmediatamente. Seaton y Tony hablaron con el Agente del FBI Larry Moss y le reveló donde estaba localizada el arma.
De regreso al laboratorio donde científicos de Starkwood estaban finalizando la preparación para el arma biológica, Hodges le avisó al científico líder que el FBI estaba en camino y que se les acababa el tiempo. Él miró desde una cámara de seguridad cómo Moss y un equipo de ataque del FBI irrumpieron en el edificio donde Seaton les había dicho que el arma estaba siendo guardada. Ellos descubrieron que estaba vacía y se dieron cuenta que Hodges y Seaton los habían tomado como tontos. Hodges le ordenó a Stokes, cuya muerte había sido montada, que rodeara al equipo del FBI y los sacara del complejo de Starkwood.
Hodges llegó momentos después en una Humvee y le informó a Moss que tenía cinco minutos para marcharse o sus hombres abrirían fuego. El ejecutivo de Starkwood discutió con Moss que no había armas de destrucción masiva en la base y que el único edificio que se les permitió revisar estaba obviamente vacío. Él también exigió que le devolvieran a Seaton, ya que lo habían tomado ilícitamente como rehén. Moss y el equipo del FBI cumplieron con sus deseos y abandonaron el complejo de Starkwood en sus helicópteros.
Cuando una patrulla de seguridad localizó a Doug Knowles cerca del edificio que retenía las armas biológicas, Hodges se puso sospechoso y ordenó que trajeran al Presidente a su oficina y lo mantuvieran ahí hasta que llegara. Cuando Hodges finalmente fue a la oficina de Knowles, ambos hombres discutieron sobre su curso de acción actual. Knowles exigió saber si Hodges tenía armas biológicas y le rogó que no podía usarlas contra el gobierno federal y el pueblo estadounidense que debían proteger. Hodges se puso nervioso y afirmó que el gobierno lo estaba persiguiendo luego de su servicio leal de treinta años al país. Él admitió que estaaba desilusionado de Doug, a quien consideró un hijo. Hodges inmediatamente se enfureció y repetidamente golpeó a Doug en la cabeza con una botella de vidrio, y entonces lo tiró por una reja y Doug cayó varios pisos abajo, muerto. Hodges puso su servilleta en el agua e intentó limpiar las manchas de sangre de su camisa.
Seaton llamó a su jefe y le informó que su sistema de radares se había enterado de un vuelo de bombarderos camino al complejo. Cuando Hodges le preguntó cuántas latas estaban listas, Seaton respondió tres. Hodges le dijo que hiciera una llamada a la Presidenta Taylor y que se le uniría en un momento.
Hodges acompañó a Seaton y observó a los misiles que estaban cargados con el patógeno biológico en una cámara de seguridad y le ordenó a Seaton que completara la llamada a la Presidenta. Cuando la Presidenta Taylor contestó, Hodges le informó que tenía un sistema de misiles capaz de lanzar el arma biológica adquirido durante el despliegue de su compañía en Pakistán - un suceso en el que se opuso en el Senado. Cuando Taylor lo acusó de mentir, Hodges le mostró una foto de los misiles y exigió que cancelara el ataque aéreo o lanzaría los misiles a ciudades a lo largo de la costa del este. Taylor le preguntó por qué estaba haciendo esto y Hodges anunció que le explicaría todo en una charla cara a cara con ella en la Oficina Oval. Una conflictuada Presidenta Taylor eventualmente capituló y evitó que el ataque aéreo atacara el complejo de Starkwood.
El jefe de Starkwood llevó a Seaton a la Casa Blanca poco después y se reunió con la Presidenta Taylor en la Oficina Oval. Hodges le comentó que era la primera vez que estaba en la Oficina Oval desde que había sido inaugurada y que el Presidente Noah Daniels se había reunido con él a menudo durante su presidencia. Taylor lo acusó de complicidad en el atentado de Juma en la Casa Blanca y en la muerte de su hijo, Roger. Hodges se comportó ofendido y afirmó que no tenía nada que ver con los atentados terroristas anteriores en el día o en el asesinato de Roger Taylor. Él le ofreció una propuesta a la Presidenta que le permitiría enormes cantidades de poder dentro del comando militar y permitir que Starkwood se convirtiera en la "quinta rama del ejército". Taylor protestó que estaría dandole autorizaciones que ni siquiera el Vicepresidente tenía. Hodges le dijo que sus términos no eran negociables y que Starkwood se convertiría en el defensor de la patria estadounidense. Durante su discusión, Taylor fue llamada por Tim Woods y le informó que el sistema de misiles de Starkwood y el patógeno biológico habían sido destruidos.
De regreso en la Oficina Oval, Hodges reflexionó que no se había hecho comprender a la Presidenta, mientras que Seaton le aseguró que había hecho un perfecto trabajo. Entonces, varios agentes del Servicio Secreto entraron y los tomaron en custodia. Hodges exigió saber qué estaba haciendo Taylor y la Presidenta le informó de la destrucción de sus misiles y su arma biológica. Confundido, Hodges afirmó que era imposible y que no sabía lo que estaba haciendo. Él se enfureció cuando Taylor lo llamó un terrorista y un traidor y tuvo que ser contenido por varios de los agentes. Mientras lo sacaban de la Oficina Oval, Hodges le comunicó a la Presidenta que sólo era una pequeña parte de una conspiración y que no tenía idea a lo que se enfrentaba. Taylor quiso saber de lo que estaba hablando y todo lo que dijo es que lo descubriría pronto.
Mientras estaba en su celda en la Casa Blanca, Hodges fue visitado por Cara Bowden, quien se estaba haciendo pasar por su abogada, Patricia Eames, y le dijo que representaba a las personas que lo habían contratado a él y a Starkwood para producir el patógeno biológico, incluyendo a Alan Wilson. Ella lo regañó por usar el arma biológica y que quizás haya puesto en peligro su plan entero. Hodges exigió saber donde habían estado cuando el gobierno y el Senador Mayer estaban intentando cerrar a Starkwood. Ella le aseguró que hubieran protegido a su compañía y a él al final. Insinuando que la seguridad de su familia estaba en riesgo, le ofreció una píldora que le provocaría un paro cardíaco y desaparecería de su sistema para asegurar que la investigación a Starkwood terminara con su muerte. Ella le prometió que su familia estaría a salvo si tomaba esta salida. Él fue procesado afuera de la Casa Blanca para interrogación en el FBI.
Mientras era puesto en un vehículo de prisioneros, Hodges notó que el Sargento Cadden, el soldado a cargo de escoltarlo al FBI, tenía un tatuaje de Operación Hellfire. Hodges le preguntó al respecto y si había servido con alguna unidad de Starkwood en Pakistán. El oficial respondió que sí y cuando se le preguntó que pensaba sobre ellos, le contestó a Hodges que estaban bien entrenadas y eran buenos hombres. Hodges sonrió y le dijo al hombre que había alegrado su día.
En tránsito al FBI, Hodges ingirió la píldora roja y sufrió un infarto. Cadden lo notó e intentó ayudar al líder de Starkwood, solicitó asistencia médica de emergencia y desvió el vehículo al Hospital West Arlington con Hodges luchando por aliento. Hodges fue salvado a tiempo en el hospital antes de que el veneno pudiera fulminar completamente su cuerpo. Después de ser estabilizado, fue trasladado al FBI. Concluyendo que Hodges había tomado la píldora porque había sido obligado por la gente para la que trabajaba, Jack Bauer hizo que el FBI hiciera parecer que Hodges murió para engañar a sus co-conspiradores. Bauer llegó a las oficinas del FBI para interrogar a Hodges y ofrecer un trato de protección de testigos por los nombres de las personas con las que trabajaba.
Mientras estaba acostado en una cama, Hodges le gritó a las cámaras para que los agentes del FBI observándolo supieran que al salvarlo, habían condenado a su familia. Él incluso le pidió a Cadden, quien lo estaba vigilando, tener su arma de fuego para poder suicidarse. Antes de que pudiera decir algo más, Jack entró a la habitación y envió afuera al sargento. Bauer le explicó que Hodges estaba oficialmente muerto a los ojos del público y que a fin de mantenerlo así, tendría que divulgar los nombres de sus co-conspiradores. Hodges le explicó que había hecho lo necesario para asegurar la seguridad de los Estados Unidos y le dijo a Jack que el grupo había desarrollado el patógeno biológico para usarlo dentro de un año para incriminar a una serie de grupos terroristas y empujar a EE.UU. al borde del colapso. Entonces, en medio de todo el caos, Starkwood y otras compañías militares privadas intervendrían y asumirían el mando de la seguridad del país.
Cuando Jack lo presionó por los nombres de las personas con las que trabajaba, Hodges confesó que no los sabía. Bauer fingió una llamada al Washington Post para informarle a la prensa que Hodges seguía vivo y Hodges le suplicó a Bauer que parara. Él insistió que desconocía los nombres de las personas que lo habían contratado, debido a que sólo había trabajado con ellos a través de una intermediaria. Jack preguntó si era la mujer que se había hecho pasar por su abogada una hora antes y él estuvo de acuerdo. Jack le creyó y dejó a Hodges solo, recordándole que era un traidor a los EE.UU., sin importar como tratara de justificarlo.
Alrededor de este momento, la Jefe de Gabinete e hija de la Presidenta, Olivia Taylor se enteró de la inmunidad de Hodges. Porque era responsable por la muerte de su hermano y se le había garantizado libertad, empezó a complotar su venganza y encargó a su asociado, Martin Collier, que hiciera que un asociado matara a Hodges mientras dejara la custodia del FBI.
El Alguacil Sullivan entró a la habitación con la nueva identidad de Hodges: Robert Tippet. Hodges reaccionó violentamente, tirando el expediente contra a la pared cuando Sullivan se marchó del cuarto. Treinta minutos después, Sullivan regresó para llevarlo a la Base Andrews de la Fuerza Aérea, confiscando su billetera de antemano, incluyendo a fotografías de su familia. Él fue llevado afuera en una silla de ruedas, diciéndole a Sullivan de sus planes de "no ser Robert Tippet" para siempre, sugiriendo que ya estaba planeando un escape de custodia.
Dentro de la camioneta de transporte, Hodges sacó una fotografía de su familia, la cual ocultó de la inspección. Él calladamente reflexionó sobre el hecho de que probablemente nunca volvería a ver a su familia. Hodges tomó un suspiro profundo cuando la camioneta explotó.
Notas e información[]
- Jon Voight, quien interpretó a Jonas Hodges, se une a Dennis Haysbert como los únicos dos actores en ser acreditados como "Aparición Especial".
- El personaje de Jonas Hodges fue llamado así por el Diseñador de Producción Joseph Hodges.